
Elegimos una parroquia que recomendaban en el foro los viajeros, La Antioch Baptist Church, donde reservan en su oficio de los domingos unos cuantos bancos en la parte trasera de la sala donde se realizan las misas. Cuando llegamos a la puerta de la Iglesia, muy cercana a la parada de metro, ya había turistas esperando para entrar, casi todos españoles!!!
Entramos en la Iglesia, nos saludaron y atendieron muy bien y nos indicaron el lugar destinado para los turistas, justo delante teníamos un banco con auténticos parroquianos que nos preguntaron de donde veníamos y nos estrecharon las manos dándonos la bienvenida. Fue un gesto muy bonito, nos sentimos muy acogidos. Mientras la Iglesia, un local bastante amplio y austero, se iba llenando de feligreses, familias enteras desde la abuela hasta los peques de la casa, nosotros nos fijábamos en los detalles de la decoración de la Iglesia. Nada de Imágenes religiosas ni objetos ostentosos, tan sólo algunos murales pintados con palabras como fe, amor, corazón...todo muy sencillo pero a la vez cálido y acogedor. El altar muy sencillo, un atril de madera para el pastor, algunas flores y eso sí numerosos instrumentos una batería, un piano, bajos, guitarras, panderetas, etc, preparados para las actuaciones del coro.
Cuando la Iglesia estuvo llena, doy fe de que no cabía nadie más, comenzó la ceremonia. Fue una experiencia muy especial, el pastor empezó con su sermón y todo el mundo en silencio coreaba sus palabras con el amen, hablaba con un tono firme pero a la vez cálido, la verdad es que con mis límites con el inglés no entendí todo el sermón, pero no hacia falta porque realmente se creó una atmósfera muy especial. Después llegó la música, las primeras canciones, los miembros del coro iban tomando posiciones. Los feligreses se levantaban de los bancos para contar sus experiencias y dar gracias, y entonces comenzaban a cantar y el coro y los músicos se les unían, y la gente se levantaba, nosotros incluidos, y daban palmas al ritmo de la música, y bailaban entrando en una especie de trance....se creó un autentico ambiente de celebración, que te llegaba a lo más profundo, la música, las voces de los solistas y el coro simplemente espectacular!!!
Asistimos a casi toda la ceremonia, tened en cuenta que suelen durar más de dos horas, y para mí fue una experiencia autentica y muy espiritual. Durante la ceremonia pasaron el cepillo nos dieron sobres para aportar un donativo voluntario, tanto para nosotros como para los propios feligreses, nosotros encantados ya que la experiencia bien vale la pena. Así que si tenéis la suerte de visitar esta fantástica ciudad no olvidéis de pasaros por Harlem!!
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